Tres o cuatro años atrás leí fascinado un cuento del húngaro Dezsö Kosztolányi, cuyo protagonista, Gallus, escritor y traductor, es incapaz de resistir el impulso recurrente de robar objetos, incluso los castillos, los ducados, las sortijas de diamantes, las maletas de los pasajeros de los trenes y las libras esterlinas que mencionan los textos que se le encargan para traducir.
Hace unos pocos días volví a encontrarme con él, pero ésta vez en el epígrafe de un Objeto Narrativo No identificado (así lo define su autor), “New Thing”, editado por Wu Ming, que en chino tradicional significa “anónimo” y funciona como seudónimo de un grupo de escritores italianos que trabajan de forma colectiva:
“El traductor cleptómano: joyas, candelabros y objetos de valor desaparecían en el texto que estaba traduciendo.”
Cambia la firma: Jean Baudrillard,.