Alexei Vladimir Abutcov: Nota al pie de una novela (*)

carmensa“En el encalado Galpón Grande, de Carmensa, se alzaba una tarima rústica, adornada con guirnaldas de papel de distintos colorinches, en la que alternaban solistas, grupos musicales y orquestas que se formaban en las distintas colonias de Inmigrantes. La orquesta de la colonia rusa, contaba con un violinista muy bueno. Se lo conocía por Don Alejo y, en cuanto a su apellido, resultaba muy difícil de pronunciar.
Años después pude averiguar que se trataba de Alexei Vladimir Abutcov, discípulo de Soloviev, Glazunov y Rimsky-Korsakov , que llegó a ser uno de los más conocidos concertistas europeos de aquellos años, su talento como violinista, pianista y violoncelista y sus dotes para la composición, le aportaron la admiración y el respeto de los más afamados artistas, pero su gran amigo e inspirador fue , sin duda alguna, León Tolstoi.
Se exilió en Bulgaria y luego partió hacia Sudamérica. Llegó al puerto de Buenos Aires en la primavera de 1924, y poco después partió hacia Mendoza. Allí, en Carmensa, departamento de General Alvear, adquirió una finca en la que fundó una Colonia Tolstoyana que se reconocía cristiana “pero ajena a las iglesias institucionalizadas”, y que practicaba un anarquismo pacifista (de hecho Abutcov escribió muchos artículos para las revistas anarquistas de Buenos Aires).
Durante la Segunda Guerra Mundial abrió en Carmensa, sin poder sostenerla demasiado tiempo, dado las presiones, una filial local de “Solidaridad Internacional Antifascista”.
En su Conservatorio “Schubert” de la ciudad de General Alvear, Don Alejo difundió la obra de Tchaikovski, el grupo de los Cinco, Beethoven y Mozart; y en el Galpón Grande de Carmensa, hizo bailar, con sus exóticos compañeros de orquesta, balalaikas, Polkas, pasodobles, canzonetas, polcas, foxtrots tangos y valsecitos, a casi tres generaciones de Carmensinos y gentes de los alrededores.
Alexei Vladimir Abutcov, falleció el 25 de agosto de 1945. Por muchos años se pensó que la documentación musical del profesor (más de 400 obras musicales entre las que, además, se encontraban dos libros sobre contrapunto y armonía) había sido quemada por los peones de su Colonia Tolstoyana, pero en los primeros años del 2000, fue rescatada intacta y protegida y, después, clasificada y puesta en valor”.

(*) Nota de la novela “El huerto de fractales”, Alberto Wainer, 2016

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