Este apunte no es sobre Tycho Brahe

tumblr_lorc9cwldm1qewrwzPermítaseme para romper el hielo, una agradable anécdota. Siempre es bueno iniciar el desarrollo de algunas cuestiones serias con una nota de humor que, además –y creo que precisamente ese es el caso- puede resultar instructiva y edificante. Como todos ustedes saben Tycho Brahe fue un gran científico que, a diferencia de otros científicos nació en Dinamarca. Los inviernos de Benatky, actualmente Chequia, ciudad en la que nació en 1546, eran por entonces –recuérdese que hablamos de una época anterior al cambio climático y al efecto invernadero- extremadamente fríos. Que Tycho permaneciera bien abrigado en su cuna y que, en la habitación ardiera siempre un buen leño, se convirtió, en consecuencia, en una preocupación obsesiva de su madre. Tycho, mucho años después, ya en Praga, le confiaría a su protegido Johanes Kepler (que poco después lo asesinaría, pero por otras razones) cómo su madre, una campesina analfabeta, al no poder leer el calendario, no supo nunca que Tycho había nacido en pleno verano, y que el exceso de abrigo, con solo un mes de vida, estuvo a punto de matarlo por deshidratación. ¿Simpático verdad? A compartir con sus amigos, familiares o colegas, éste y otros cálidos testimonios del amor de su madre, dedicó el astrónomo danés mucho del poco tiempo de ocio que le brindó su vida, y nada me gustaría más que disfrutarlos con ustedes si este apunte tuviera como tema a Tycho Brahe, lo que no es para nada el caso. Lo que nos ocupa es la exégesis del Método Científico, y a ella vamos. ¿Ustedes imaginan el universo antes de que a alguien se le ocurriera detenerse un poquito, volver a barajar,  y volver a ordenar un poco las cosas? La tierra, por ejemplo, era cuadrada, por lo que había que estar siempre vigilando por si algún imprudente, o alguna criaturita jugando, se acercaba demasiado al horizonte, ya que si llegaba a caerse, aunque a Newton todavía no se le hubiera ocurrido eso de la gravedad, seguro que se daba un buen tortazo. Ojo, y no estoy diciendo que la tierra plana no tuviera sus ventajas, por ejemplo, cuando era de noche, era de noche para todos, y cuando era de día, lo mismo, y como además como la tierra no giraba sobre su eje, todo era más tranquilo. Ahora es fácil, pero imaginen antes de Galileo a la Tierra trasladandose y rotando como ahora, no quiero ponerme melodramático pero piensen en las pobres aves arrastradas, las nubes corriendo como locas por eimagel cielo para seguirle el paso, los edificios derrumbándose. Tampoco era feo cuando la tierra estaba allí quietecita en el centro del Universo, y el Sol, los planetas y las estrellas giraban a su alrededor, la superficie lunar era pulida, quiero decir sin esos cráteres tan desprolijos, y se encastraba en un cristal bruñido y transparente No se imaginan lo lindo que se ponía el cielo por la noche, parecía una calesita, todo lleno de luces y colores, y ¿Qué quieren? Uno se sentía como un Rey que preside un gran desfile en su homenaje… pero ¿quien sabe? seguramente  algún lunático, o algún marciano se enojó y para no quedar mal, nos mudamos a la periferia, y eso no es nada, como si fuera poco a alguien se le ocurre inventar la evolución, y ahora resulta que mi viejo es mi viejo, sea, que mi abuelo es mi abuelo, concedido ¡pero cuidado con mover demasiado para atrás las hojas el álbum de fotos de la familia! Enseguida nos encontramos con la imagen de un mono que, según afirma Darwin, ¡nada menos que Darwin! es nuestro pariente próximo. ¡De Rey de la creación que contempla soberbio, la cabalgata cortesana de las constelaciones desde el Palco Avant-scene de una Tierra plana e inmóvil, a tataranieto de un chimpancé, o peor, de un mandril o de un tití!

Pero, amigos míos, se mire como se mire, finalmente, gracias al Método Científico, son muchos mayores los beneficios que las molestias, y éstas, como todos sabemos, si lo que realmente se pretende es progresar, resultan más que inevitables, necesarias. Hubo un tiempo relativamente cercano ¿dijimos ya que desde 1905 todo es relativo? Hubo un tiempo, digo, en que ese pobre mono de la foto, nuestro tatarabuelo, no disponía de  esos asombrosos ingenios tecnológicos sin los cuales hoy nos cuesta imaginarnos la vida: la ventosa, por ejemplo, o el rayador de queso, para no hablar del globo aerostático que nos permite trasladarnos seis o siete quilómetros en una pocas horas, el fonógrafo, etc.…Aquí tengo anotado que debo contarles una anécdota de la mamá de Tycho Brahe…ah! Y de los fríos que son los inviernos de Benatky, actualmente Chequia, en Dinamarca, pero el tiempo vuela, así que será otro día. Buenas tardes.

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