Bruma por el resquicio de abajo de la puerta

Jacob Von Guten, que da nombre a la novela que Robert Walser escribió en 1909, estudia para convertirse en un esplendido sirviente, que es a lo único a que aspira. Herr Benjamenta, amo, profesor y, en principio, ogro, del Instituto Benjamenta, terminará invitando a su alumno (a su víctima) a escapár juntos al desierto. Ese deseo incontenible de huida, es padecido también por la hermana del pedagogo, Fräulein Lisa Benjamenta, frágil, sensible y enamorada de Jacob. Los tres comparten, pese a sus temperamentos tan disímiles, la urgencia de huir de un océano de soledad que los asfixia, y alcanzar el ideal de convertirse -son sus propias palabras- en “magníficos y redondos ceros a la izquierda”,

Como un humo furtivo
que se va derramando plácido,
por el resquicio de abajo de la puerta,
la vida,
furtiva, narcótica,
trabaja a oscuras, suave, imperceptible
como los ladrones
y los espiritistas
con sus fantasmas de ectoplasma
que traen de tan lejos.
Los parpados apretados, inmóviles,
y el tiempo (sin una brisa que agite las cortinas)
que transcurre y no sucede,
Nada que me compulse
al espanto de pensar.

No encontré respuestas a mis preguntas
apenas algún indicio
en los silencios.
(De todos modos, mis pensamientos,
los anotaré al final,
cuando ya no escriba para que me lean;
serán  jeroglíficos oscuros
y tratarán de cosas inexplicables)
Quien se proponga descifralos
apenas logrará conjeturarme
como a un puzzle poliformico.
Yo –aunque haya legado mi autobiografía-
estaré –si es que estoy- en todos lados
esa manera amable
de decir en ninguno.

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