Para llegar allá,
para llegar donde estás, para salir de donde no estás
T.S. Eliot (Cuatro cuartetos, 1943)
Perderse
como algo que se hunde en el agua
y no se vuelve a ver.
Ir borrándose de los ojos de los demás
y también
ser los ojos de los demás
a los que ese algo que se pierde
abandona.
Y ese algo
entiende que se ha despedido
de su casa.
Y que si los meandros, las intersecciones
las mareas,
el vagar azaroso
o la simple
redondez de la tierra
lo restituyeran a ella,
aunque nada hubiera cambiado
-y sabe que su ausencia no puede haber cambiado nada-
y todo siguiera igual a su recuerdo a su deseo
ignoraría el regreso
¿O acaso los ahogados
saben que fueron devueltos
por el mar y celebran?
Y desde allí
desde esa inmensa playa de dolor
reanudaría su viaje
que se extiende infinito
en el eterno horizonte de la noche.