Antes de que el primer sueño empuje al último sueño, el último sueño ya ha atrapado
Al sueño que lo precedía.
“El sueño”, de Lu Xun
A Jorge Ariel Madrazo
Una noche, corría la primavera de un año indeterminado de los conocidos en China como los de las Cien escuelas del pensamiento, una mariposa en los bosques próximos a Henán, soñó que era Chuang Tzú, nacido en Meng Chéng y retirado a Hua, para escribir el Nan hua zhen jing.
Precisemos: la soñadora no era todavía una mariposa. Ni siquiera una crisálida, apenas una pequeña oruga, de color verde con anillas negras que, dentro de un huevo traslúcido, sobre una hoja de asclépida, se beneficiaba de la inmovilidad a la que la obligaba su proceso de metamorfosis, para dormir (soñando ser Chuang Tzú).
Para esas mismas fechas, una noche, Chuang Tzú, que por entonces era solo un aprendiz de filósofo al que le costaba entender el Dào Dé Jing de Lao-Tsé, soñó que era una mariposa, y que esa mariposa creía ser Chuang Tzú.
La oruga, ya crisálida y a punto de despertar como mariposa, insistía en su sueño. El Nan hu Zhen Jing, sus ideas centrales, ya se le habían desvelado casi absolutamente. Ahora a Chuang Tzú, es decir, a ella misma, sólo le restaba escribirlas.
El sueño recurría, también para Chuang Tzú.
Parece ser que, desde el País en el que se duerme, se internaban por las noches en las espesuras del País en que se sueña y de esa manera arribaban a Meng Xian, el País del ensueño, en el que los límites entre sueño y vigilia se tornan neblinosos y en que fatalmente alguna vez debieron coincidir. Todo (y especialmente el Nan hua zhen jing) indica que así sucedió.
Y, ¿qué sucede con el gran despertar, la muerte, después del cual se dice que la vida sólo fue un vano sueño? Pocos son los seres que lo comprenden. Casi todos creen estar bien despiertos- así explicaba muchos años después Chuang Tzú su epifanía a sus discípulos: Todos soñamos. Yo mismo, cuando les digo que sueñan, sueño también mi sueño… Hace tiempo, una noche, fui una mariposa, contenta por mi suerte. Pero luego, ¿me despertaba siendo Chuang Tzú? O ¿Chuang Tzú que se imaginaba que era una mariposa? En este caso, ¿existen dos individuos reales? ¿Hubo una transformación real de un individuo a otro?”
El gran despertar para la Mariposa sucedió muy poco después, Chuang Tzú la sobrevivió unos cinco años. También es posible que haya sucedido exactamente a la inversa.