Una disyuntiva trascendente de la literatura argentina

One concept corrupts and confuses the others. I am not speaking of the Evil whose limited sphere is ethics; I am speaking of the infinite. J.L.B.

Una cita afortunada para una discusión sustantiva:
No, de ninguna manera puede afirmarse con algún fundamento que tras el retorno de los Bioy de Europa (26 de agosto de 1959) Borges haya comido en casa de Adolfo y Silvina antes del 1º de septiembre. La misma (o parecida) incertidumbre se cierne sobre los días 21, 23, 23 de septiembre de 1957, y podrían proporcionarse otros ejemplos (el 15 de abril de 1964, sin ir más lejos).
A propósito: terminé anoche (por fin) la lectura de “Come en casa Borges. ¿qué come en casa Borges? (Borges eats at home. What does Borges eat at home?) la tesina de Anabel Gutiérrez León (Universidad de Zaragoza, España, 2013). Much for nothing, como mucho dos frases a destacar, la primera, absolutamente discutible, es cosecha de la autora “El tándem Borges-Bioy sugiere una vasta obra conjunta, sin duda bastante más literaria que gastronómica.”, la segunda, una cita de Edwin Williamson, biógrafo de Borges: “los Bioy no se distinguían por el esplendor de su mesa. Solían servir algún plato improvisado por Silvina de lo que pudiera haber encontrado en el frigorífico esa noche” y, por último, pero muy especialmente -quizás justificando la totalidad del trabajo- la encendida reivindicación literaria de “La leche cuajada de La Martona” primera colaboración de Borges y Bioy a la que, en relación al conjunto de sus respectivas obras restantes, no se le ha dispensado la atención crítica que, sin duda, merece.
Funes, de memoria, confirmaría: “ut nihil non iisdem verbis redderetur auditum”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.