Mañana –si hay mañana- habré vivido diecisiete años más que Leonardo, diecinueve que Bach, treinta y dos que Shakespeare, cuarenta que Gardel, cuarenta y nueve que Mozart, treinta y ocho que Vallejo, doce que San Martín, cincuenta y tres que Jesucristo y mi abuelo materno, veinte que Carlos Marx, veinticuatro que Maradona, nueve que Duke Ellington, ocho que Einstein, seis que Perón, etcétera.
En resumen: hay algunas personas a las que quiero más que lo que me quiero: mi compañera, mis hijos, mis nietos, mis bisnietos y es probable que también a mis perros.
Eso no quiere decir que a ellos los conozca, pero de lo que no tengo duda es que los desconozco menos que a mí mismo. Por lo menos no los desconozco con tanto detalle, con tanta precisión.
(*) La foto (a los 18 años) es la de la libreta de enrolamiento